Ocurrió en Escobar que rezando el Santo Rosario en la plaza el sol cambiaba a colores maravillosos, y luego en la capillita de La Medalla Milagrosa se vio perfecta a La Virgen en el Sagrario, toda de blanco con estrellas en la cabeza, abría los brazos y los llevaba al pecho como llamándonos. También en la parroquia del centro la vi dos veces dentro del Sagrario, su contorno perfecto, no se movía y era toda blanca.
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Testimonio de Silvia Drago
