El Carnaval y la Cuaresma

Queridos hermanos:

¡Alcancemos a Jesús! Este debe ser nuestro ánimo.
Ese Jesús pequeño que ha nacido, este Hombre Dios que ha venido a ayudarnos y a salvarnos, quiere tocarnos, quiere sanarnos, quiere salvarnos…

Pues en este tiempo busquémoslo, acompañemos “Su paso”, invitémoslo a pasar por nuestras vidas, por nuestras familias, por nuestro corazón.

Prestemos atención, porque el mundo nos aleja de Él, nos marea, habla un lenguaje ambiguo, en el que todo está permitido y ese no es el lenguaje de Cristo.

Sepamos escuchar la voz del Señor, sepamos hacer silencio interior para escuchar Su Dulce y Sabia Voz de Pastor, sepamos vivir a Su imitación. Y digamos como Samuel:

“Habla Señor, que Tu siervo escucha”.

Unidos en el Dulce Corazón de María, Madre del Amor y Virgen de la escucha.
Marta.

Queridos hermanos:

¡Alcancemos a Jesús! Este debe ser nuestro ánimo.
Ese Jesús pequeño que ha nacido, este Hombre Dios que ha venido a ayudarnos y a salvarnos, quiere tocarnos, quiere sanarnos, quiere salvarnos…

Pues en este tiempo busquémoslo, acompañemos “Su paso”, invitémoslo a pasar por nuestras vidas, por nuestras familias, por nuestro corazón.

Prestemos atención, porque el mundo nos aleja de Él, nos marea, habla un lenguaje ambiguo, en el que todo está permitido y ese no es el lenguaje de Cristo.

Sepamos escuchar la voz del Señor, sepamos hacer silencio interior para escuchar Su Dulce y Sabia Voz de Pastor, sepamos vivir a Su imitación. Y digamos como Samuel:

“Habla Señor, que Tu siervo escucha”.

Unidos en el Dulce Corazón de María, Madre del Amor y Virgen de la escucha.
Marta.


¡Ay Jesús, qué difícil es querer seguirte en un mundo, en el que todos quieren ser felices y cada vez son más infelices! Cuando se cree que la felicidad es estar “a la moda”, ir de parranda y mostrar que somos cristianos, vamos a la Iglesia y hasta participamos de Tu Mesa, pero nuestro corazón está en el “mundo”.

¡Ay Jesús, qué difícil es querer seguirte en un mundo, en el que todos quieren ser felices y cada vez son más infelices! Cuando se cree que la felicidad es estar “a la moda”, ir de parranda y mostrar que somos cristianos, vamos a la Iglesia y hasta participamos de Tu Mesa, pero nuestro corazón está en el “mundo”.

Jesús con cordero en brazos Mujer de espaldas
Es tiempo de carnaval, es tiempo de ¡fiesta!, fiesta pagana.

Sí, Jesús, ya sabemos que es pagana de aquí hasta la China; no lo disfracemos de que es «solo algo lindo y divertido», donde basta ver los «vestidos» desvestidos con los que nos exhibimos y bailamos, para que se cumpla el significado de la palabra: carne vale . Y sí, en estas «fiestas» tooooodo vale y aunque algunos me
Mannos con cruz podrán decir que es solo «hasta ahí», pregunto qué sugerimos o inspiramos en los demás. Algún diccionario define carnaval como una fiesta que «se opone a la represión de la sexualidad y a la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma», y no es un diccionario católico, ni siquiera cercano al catolicismo al que me refiero. El mismo diccionario expresa «En la noche del Carnaval todo vale y dice la leyenda que por eso se ponen máscaras» (me pregunto a quién engañamos con las «mascaras» si Dios todo lo ve).

Sí, Jesús, sé que como Iglesia hay que acompañar los tiempos, que Vos sos actual y moderno, y por eso nosotros los laicos también usamos malla en la playa y bailamos en las fiestas, porque es verdaderamente linda la alegría legítima, los amigos, las cosas ricas y un buen vino.

Sé que Vos nos regalás estas cosas tan humanas porque también pueden ser santas, y de hecho ¡lo son! ¿O la alegría y nuestro cuerpo no los creaste Vos? A mí me encanta bailar y también cantar (aunque en esto último por más que me esfuerce, hago sufrir al que me escucha) y sé que todo es ¡Bendito! ¡Sí, Bendito!

Por eso con esta libertad que también me regalaste quiero ser verdaderamente CRISTIANO, quiero que mi cuerpo sea cristiano, que mi baile sea cristiano, que mi alegría sea cristiana.

¡Ah Señor, también es Cuaresma! Esta Cuaresma que a veces parece “eterna”, que tanto nos pesa, que a veces nos cuenta seguir, porque Vos ¡nos llamás al desierto! Nos llamás a negarnos a nosotros mismos, a tomar nuestra cruz y seguirte. Suena re antiguo, con lo lindo que es divertirse. Sí, ya sé lo que también dijiste:

“Estar en el mundo sin ser del mundo”.

Señor, humildemente,Chica mochilera atardecer
¿sabés qué quiero saber?
Si hoy, HOY, lo podemos
practicar. Sin ser “raro”,
“ridículo”, “reprimido”,
“ñoño”, ni “fanático”,
siendo “normal”.

¿Me lo podés explicar?

La Cuaresma es tiempo de promesas, de buscar la Manos con cruz Buena Nueva, es como una fiesta para que vuestra alma sea sanada, que se vista de gala, que cure todas vuestras llagas aún las que están putrefactas. Es un tiempo de abandonar lo viejo, por eso Yo soy tan moderno, y hacer el trabajo de “achicaros” sacando lo malo y poniendo lo santo.

¡Sed humanos, porque así Yo os he creado! Sanos, FELICES, rechazando toda tentación a través de Mi Espíritu de Amor, con alegría en el corazón. ¿O cuando os estáis curando, aunque estéis llorando no estáis levantando los brazos para alegraros?

Sí, sed felices porque Yo os creé felices, es más, Mi Cruz es Tu felicidad, para eso me dejé martillar, para eso mi Sangre vine a dar, para que tengas la Paz de la VERDADERA felicidad.

En esta tierra quiero tu felicidad, no solo más allá de las estrellas, la quiero acá.

Aquí empieza Mi mundo y vuestro mundo. Un mundo distinto al que quieren hacer algunos de mis pobres hijos, que están tan confundidos. Un mundo donde brille Mi Hijo, por eso Lo ofrecí en sacrificio, en la Cruz puse Mi brillo y la alegría de haceros Mis hijos. Yo os guío en el desierto de este mundo, rechazando la tentación del mundo de hoy.

Yo les enseñé Mi Carne y les dí también el rostro de Mi Madre que murió a “esa carne”, la de tu carnaval, para vestirse de Cuaresma y para que así se vista Mi Iglesia, porque la Cuaresma no pesa, la Cuaresma es piedra de la que brota el Agua nueva que vivifica Mi Iglesia y te da vida a ti, Mi piedra.

Sed carne, sed corazón, sed espíritu según Yo que soy vuestro Creador y habito en vos, y por sobre todo sed felices a pesar de las cicatrices, a pesar de los miedos, a pesar de las veces que por ti subí al Madero, porque Yo vine por ti a hacer todo nuevo.

Recordad que siempre os veo y sabéis lo que para ti Yo tengo.

Que Dios los bendiga.